diana cazadora |
Pacheco fue fiel acompañante en la vida del pintor . Solia estar repantigado en un diván mientras el maestro pintaba.
Alfonso Camin ,poeta y amigo del pintor le dedico estas lineas en la revista gráfica Estampa :
“Un día entrevistamos a Romero de Torres en su
estudio madrileño. Y en ninguno de los movimientos, ni de las palabras, faltó la
curva de gracia del fino galgo de seda. A nuestras preguntas, paseaba él la
admiración de sus ojos -ternura y gravedad- por nuestros semblantes. Aquellos
ojos de Pacheco, fraternos y limpios, como dos avellanas doradas sobre la proa
de su hocico, buen azuzador de auroras y adorno de aquella frente de heráldica
pensativa. Pacheco era una larga ese mayúscula. Una ese de salves y de “salud,
hermano”.Por su figura correcta y preocupación armoniosa, podría llevar dentro
de si, sin temor a desdoro, el alma de otro pintor con gran semejanza con el
galgo de Romero de Torres. Ese pintor era Van-Dick que, acaso, como Pacheco,
llevaba en la jaula del pecho, todo en neblinas, prisionera, una alondra que se
ahogaba de sol. Pacheco y Van-Dick hubieran sido también buenos amigos. Porque
pacheco tenía un alma profunda como una noche fresca y silenciosa. Odiaba la
pandereta y no gustaba de las guitarras si al sonar no lloraban de veras.
Sacudía las orejas en señal de protesta si escuchaba un cuplé en los tablaos y
oía con religioso silencio todas las coplas flamencas, con una gran comprensión
humana que no se ha visto jamás entre las gentes del colmado. Tenia, en esencia,
el mismo gusto estilizado y andaluz de su amo”.
escultura de Pacheco delante del museo dedicado al artista |
vivió 3 años más |
El escultor Juan Cristobal inmortalizo al pintor en 1940 y como no, el galgo Pacheco ocupa un lugar principal en la escultura junto a su dueño.
La escultura se encuentra enclavada en la parte sur de los jardines de Agricultura de Córdoba.
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